Ignacio Gracia NoriegaIgnacio Gracia Noriega


Gracia Noriega, Mirador de sombras

Ignacio Gracia Noriega

Caudillo

La vuelta a la censura de la izquierda plural del ente RTVE

Se ha producido una cierta "marejadilla democrática" a consecuencia de que un locutor de RNE se refirió al anterior jefe del Estado denominándole "caudillo". Siempre vigilante, la izquierda plural presentó la correspondiente denuncia, que obligó al director general, Echenique, creo que se llama, a pedir toda clase de disculpas y a ofrecer todo tipo de seguridades, y menos mal que la benevolencia de los denunciantes no le obligó a vestir de saco y a cubrirse la cabeza con cenizas como el emperador de la "democracia", estuvo muy bien, pero, pregunto yo, qué denunciaban los de la izquierda plural si al general Franco se le llamaba "caudillo". Era una manera de llamarle, pareja a la exageración de "generalísimo", en ocasiones con un tono irónico que jamás tuvo la titulación de Mao como "gran timonel", nunca puesta en cuestión por la izquierda, ni siquiera por la moderada. Lo de "caudillo" dio lugar a muchos guiños y a muchas burlas, incluido el chiste del gitano que le llamaba a Franco "don Claudio" porque no tenía con él la confianza de los payos que le llamaban "Claudillo", y hasta a una película titulada así, "Caudillo", obra de uno de los grandes epítomes del cine "progre" español (en realidad, todo el cine español es "progre"), no recuerdo si Colomo, Trueba o Camino, imperturbables cronistas de la golfería nacional.

Con Franco y el franquismo está sucediendo algo que sería pintoresco si no fuera peligroso. Está prohibido referirse al régimen anterior si no es para denigrarlo, y esto significa una concepción tan partidaria de la historia reciente que a este paso se acabará contando la historia de un régimen que nunca existió, de la misma manera que los separatistas han hecho oficiales historias locales ficticias. Si los catalanes celebran una guerra que ellos dicen que perdieron, si los republicanos asturianos suben al Mazucu a recordar una derrota, digo yo que allá ellos con su masoquismo. Pero presentar al franquismo como algo que no fue (una especie de nazismo de película mala), no es hacerle un favor a la democracia, sino al propio franquismo, porque muchos podrán decir que aquello no fue así. Era un régimen casposo, arbitrario, repugnante en muchísimos aspectos y con algún ramalazo criminal, pero había bibliotecas públicas, y había instituciones más o menos independientes, y al final lo que empezó como dictadura férrea acabó en una transición de la que estamos viviendo ahora. Dios me libre de defender aquel régimen al que me opuse, motivo por el que puedo escribir estas líneas. Pero creo que presentar al franquismo como algo solamente terrorífico es adulterar la historia y, a la larga, proporciona argumentos al régimen que se pretende denigrar de manera tan fanática y acrítica. Y una cuestión más: la izquierda plural pide a la dirección del "ente" en el que se pronunció la palabra "caudillo" que a partir de ahora se vigilen mejor los contenidos de los informativos: o sea, se propone volver a la censura, una de las marcas de fábrica del franquismo.

La Nueva España · 31 octubre 2013