Ignacio Gracia NoriegaIgnacio Gracia Noriega


Gracia Noriega, Mirador de sombras

Ignacio Gracia Noriega

Laurence Sterne:
de Cervantes a James Joyce

Humorismo y disparate de "El Quijote" inglés: "Vida y opiniones de Tristam Shandy, caballero"

Laurence Sterne, clérigo nacido en Clonmel (Irlanda) el 24 de noviembre de 1713, es el autor de una extraña novela, "Vida y opiniones de Tristram Shandy, caballero", considerada en su tiempo como "paródica", y en nuestros días como el puente y etapa principal del trayecto que va desde Cervantes a James Joyce. Y aquí debemos detenernos una frase en homenaje a los excelentes lectores ingleses del siglo XVIII, que leyeron imperturbables los nueve libros de la novela sin manifestar estupefacción ni tener la impresión de estar siendo engañados. Porque "Tristram Shandy" no era una novela como podían serlo "Robinson Crusoe" de Daniel DeFoe o "Tom Jones" de Henry Fielding. Sin embargo, se trataba de una novela, su esqueleto era el del Quijote, con la complementariedad del caballero Toby y su criado Trim (no hará falta precisar quién es el ingenioso hidalgo y quién Sancho Panza) y su desarrollo es narrativo, aunque interrumpido por disgresiones disparatadas y tratados de erudición extravagante. Como el Quijote (y como el "Ulises") es una novela humorística, con un humorismo muy especial y que avanza dos o tres grandes zancadas respecto al humorismo cervantino. En los primeros capítulos del Quijote, Cervantes se burla del hidalgo manchego y presenta a Sancho Panza como un rústico con buen sentido pero tal cual que su amo: para secundar las andanzas de un chiflado hay que estar más o menos como él, entiende Cervantes. El tío Toby, un Vauban teórico por lo que sabe de fortificaciones pero que nada lleva a la práctica, y Trim, su compañero ilustrado, resultan también un poco ridículos, pero no son los protagonistas de la novela. Tampoco lo es Tristram Shandy, ya que no aparece en los primeros libros, que relatan su parto, trabajoso y muy discursivo. El propio Tristram (que debería llamarse con cualquier nombre antes que Tristram, pero las circunstancias impusieron que se llamara así) reconoce que "he llegado a la mitad del cuarto volumen y no he pasado del primer día de mi vida". Como el mensajero del emperador moribundo de Kafka no avanza a través de las habitaciones del palacio, la vida de Tristram tampoco avanza: es ésta la primera manifestación literaria moderna de la paradoja de Aquiles y la tortuga, que posteriormente aprovecharán Dostoievski y Kafka con resultados felices. El verdadero protagonista es la manera en que está contada, realmente brillante, y la actitud del autor en relación con el lector: hasta entonces el autor servía al lector contándole una historia, pero Sterne se burla del lector sin llegar a contarle ninguna historia. Como apunta David Hayman: "Convierte al estilo y al estilista en máscaras bufas y se ríe de las esperanzas de que le cuenten una historia.

En la medida en que "Tristram Shandy" no es una novela, el "Viaje sentimental por Francia e Italia", la otra obra de Sterne, no es un libro de viajes. Sterne llega al final del camino abierto por Cervantes. Muy al fondo hay una puerta que se cierra a sí misma: la obra de Joyce.

La Nueva España · 28 noviembre 2013