Ignacio Gracia NoriegaIgnacio Gracia Noriega


Gracia Noriega, Mirador de sombras

Ignacio Gracia Noriega

La esperanza de la clase media

Los orígenes del PSOE, el partido obrero, hoy empeñado en ocupar el terreno del PP

Nada que objetar al hecho de que los partidos de clase son partidos interclasistas con un cierto predominio burgués. Cuando en septiembre de 1976 se confeccionaban en la calle General Elorza de Oviedo los primeros carnets de la Federación Socialista Asturiana y rellenando el apartado dedicado a la profesión de los solicitantes Juan Luis Vigil, como probando que la inmensa mayoría era pensionista, mas algún minero en activo y dos o tres taxistas, hacía una grave consideración: "Para que digan los del MC, ¡Hum!, que no somos un partido obrero". En el MC militaban grandes burgueses pero se permitían ser la voz de las clases trabajadores mientras que los socialistas no basaban de ser modesto "socialdemócratas", lo cuan tenía un sentido peyorativo en el lenguaje político de aquella época.

Pero nada cambia tan rápidamente corno el lenguaje de los políticos, salvo el de la publicidad y la moda, y ahora nos encontramos, a los cuarenta años de aquellos hechos, con que el insobornable y obrero partido socialista se convierte en "la esperanza de la clase media", según su líder actual. La Historia, cambia, es evidente, aunque no tan rápidamente como suponen los optimistas. Pero, sobre todo, lo que resulta demasiado extraño es que un partido cuya razón de ser era defender a una clase social que se consideraba afectada por los intereses de otra clase social, de pronto y por arte de birlibirloque se convierta en la esperanza de aquella a la combatía. Esto no es serio, a no ser que el PSOE cambie de planteamientos y de programas, porque ¿cómo puede ser la esperanza de la clase media el partido que en su programa máximo no ha renunciado a las aspiraciones revolucionarias? Bien es verdad que tal como están las cosas, la revolución se dilate ''ad kalendas graecas", pero aún así, que un partido obrero sea la esperanza de la "clase media" resulta un poco raro, a no ser que el joven y atractivo "leader" socialista se haya dado cuenta de que el PP de Rajoy se aproxima demasiado a su terreno, por lo que es natural que el PSOE esté dispuesto a ocupar el terreno del PP. ¿Por qué no? Si un terreno queda desocupado, en buena estrategia, conviene ocuparlo inmediatamente, no sea que otros lo ocupen a su vez. Y a fin de cuentas, las diferencias entre el PP y el PSOE no son excesivas. El PP parece que está gobernando con el programa del PSOE (aborto, memoria histórica, etc) y al PSOE parece que le afecta el sabañón que le salió por su izquierda, y ya se sabe que para que haya entendimiento tiene que haber intereses comunes. Uno y otro partido le tienen miedo a Podemos. El PP debe suponer que más vale "malo conocido" y el "malo conocido" es el PSOE. En cuanto a este, si no se anda listo, corre el riesgo de perder sus bases indignadas y entonces no se quedará otro remedio que buscarlas en las "clases medias" que opinan que antes que Podemos, cualquier cosa … Incluso el PSOE, que ya se sabe cómo juega y a qué juega.

La Nueva España ·12 febrero 2015