Ignacio Gracia Noriega
Respuesta a Mati Rodríguez Castellano
Cómo está el mundo y cómo son las variadas especies que lo pueblan! Cree uno haber escrito un artículo reivindicando una noble figura absolutamente olvidada y a cambio recibe una coz. ¡Pobre Mati Rodríguez Castellano! En cuarenta años, no evolucionó lo más mínimo. El dogmatismo hace a algunos impermeables a la historia y al paso del tiempo.
Cuando me pidieron una colaboración para el libro «Don Lorenzo Rodríguez Castellano y el Centro Coordinador de Bibliotecas de Asturias», considerando que ese tipo de publicaciones no se distribuyen o se distribuyen muy mal, escribí otro artículo para seguir recordando a don Lorenzo en un medio de gran difusión como «La Nueva España». Lamentablemente, metí la pata, y lo que yo esperaba que fuera un elogio (sin el menor «rigor científico», si se quiere: Mati, sigues siendo una pedantina que no leyó nada) es interpretado por una de sus hijas como «falta de respeto» hacia sus padres, a quienes «degrado» presentándolos como burgueses aficionados a los libros. Como burgueses, más o menos, vivían, y su casa estaba llena de libros: si los leían o no, no es caso que me haya planteado nunca. Desde luego, Mati nunca leyó otra cosa que panfletos y abecedarios dogmáticos que la condujeron a la penosa confusión mental en que persiste. De paso, aprovecha para afirmar que sus padres eran personas «inteligentes, cultivadas y serias» y que defendieron la II República. ¿Es que he escrito yo otra cosa o que la buena Mati, tan partidaria del «rigor científico», no sabe leer?
En cuanto a que escribí mal el apellido de su padre (una marxista furibunda preocupándose por menudencias de apellidos: caso por lo demás extrañamente frecuente en esa cofradía), lo siento y pido disculpas. ¡No habré escrito yo cartas a su hermana, de esos mismos apellidos, y todas llegaron! Pero ya que Mati, a quien recuerdo con moderada simpatía, «cogió la pluma» (¡qué topicazo!) de reñir, le indico que en el libro «Heterodoxos españoles. El Centro de Estudios Históricos, 1910-1936», de José M. López Sánchez, figura «Lorenzo Rodríguez Castellanos» en la página 476, para que ponga las cosas en su sitio.
Lo que realmente molesta a la sectaria Mati es mi opinión sobre la desgraciada República a la que «los suyos» llamaban «burguesa» y que los radicales de izquierda destruyeron más que el propio Franco. No nos venga esa chica con milongas pastoriles a estas alturas. Magnánimamente, al final, me reconoce el derecho a defender mis ideas, siempre que me las calle. Debe tener en cuenta (ella, la «científica rigurosa») que en ese artículo no me ocupo de ideas, sino de recuerdos.
Podría añadir algo más, pero no paga el tiro y tengo cosas más interesantes que hacer. Adiós, Mati, adiós, a seguir en la caverna. Y yo, a ver si aprendo de una vez a no volver a meterme en berenjenales ni a salir por causas que en realidad me traen sin cuidado.
La Nueva España · 14 mayo 2009