Ignacio Gracia NoriegaIgnacio Gracia Noriega


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Ignacio Gracia Noriega

Muñoz Molina y los periódicos

El elemento sorpresa y la actualidad

No leí nada de Muñoz Molina salvo un artículo en ABC que me pareció tan bueno que lo recorté y lo puse junto a otros de Julio Camba ilustrados por Goñi. Uno suele ser mal lector de sus contemporáneos. Además, siempre tuve en cuenta dos recomendaciones de don Pedro Caravia: no se debe leer a autores de moda si no se ha releído varias veces a Stendhal y, añadía don Pedro, el escritor asturiano más joven que él había leído era Ramón Pérez de Ayala. Ambos consejos, cuando menos, me evitaron perder mucho tiempo en lecturas, tal vez innecesarias o de alcance efímero. Y cuando se llega a cierta edad, sólo se debe leer lo permanente, como es natural, ya se habrá leído en la juventud, pero de diferente manera.

La «literatura de la transición», de la que Muñoz Molina es figura destacada, fue el recambio de una anterior, la de los Cela, Torrente Ballester, etcétera, que duró muchísimo porque se adaptaba a todo, lo mismo a un cambio de régimen que a un terremoto, o pasaba del realismo más carpetovetónico al cosmopolitismo pedantín. Don Gonzalo Torrente descubrió «la imaginación» como quien descubre la cuadratura del círculo, y Cela quiso también (porque era moda) «destruir la novela», dando un paso muy hacia atrás desde «La colmena» a «San Camilo». En general se había pasado de «La berza» al cosmopolitismo fullero de hispanoamericanos avisados con el cosmopolita de Buenos Aires a la cabeza, y aquí predominó un cosmopilitismo de pasiones turcas y jinetes polacos que preferí pasar por alto. Por amistad incurrí en la lectura del mesurado «nouveau roman» de Guelbenzu y me aburrí bastante. En las reservas del noroeste se mantenían a medio camino entre el aguafuerte realista y el cosmopolitismo de andar por casa honestos escritores leoneses. Mas para cosmopolita Muñoz Rojas, que vive en Nueva York. A Vargas Llosa le dieron el premio Nobel residiendo en Nueva York. Está visto que para ser alguien en literatura en España hay que irse a Nueva York.

Además de todas sus novelas, Muñoz Molina escribe en los periódicos. Y ha dicho cosas muy notables sobre esta manera de escribir. Es una gran cosa «hacer literatura sobre lo inmediato con la velocidad de la escritura del periódico». Es una magnífica descripción. Además, está el elemento sorpresa, tan importante, tan determinado por la actualidad. Yo jamás me había planteado escribir sobre Muñoz Molina, y aquí me tienen, escribiendo sobre él. En los periódicos publicaron los mejores escritores del pasado siglo: sin los periódicos Ortega, Azorín y Unamuno hubieran sido otros escritores, y Camba y Pla, entre otros muchos, no hubieran sido. Pero hay algo más, importantísimo: ahora, lo mismo que antes, muchísimos lectores no leen otra literatura que la que publican en los periódicos autores como Muñoz Molina. Porque los periódicos no sólo están para denunciar casos de corrupción o escribir sobre concejales y futbolistas. Son el firme lazo que mantiene unido al hombre de la calle con la cultura literaria.

La Nueva España · 7 junio 2013