Ignacio Gracia NoriegaIgnacio Gracia Noriega


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Ignacio Gracia Noriega

La mejor jornada de reflexión

El fútbol y la democracia

No hace falta demostración de que, entre unas elecciones y el fútbol, los españoles prefieren el fútbol, pero gracias al fútbol la "jornada de reflexión" anterior a estas elecciones europeas fue la más respetada de la historia, al menos desde que hay "jornada de reflexión". Durante ella, ante la perspectiva del partido de fútbol entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid, también para decidir algo relacionado con Europa, a nadie se le ocurrió acordarse de las elecciones del día siguiente. Había que ser muy militante, cosa que en la actualidad solo se da en los partidos de izquierda, o tener algún pariente próximo candidato, lo que podría cambiar la vida de la familia, para acordarse de las elecciones al Parlamento europeo: un asunto para los españoles mucho más secundario y trivial que lo que sucediera entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid.

Constatamos que dos creaciones anglosajonas, el fútbol y la democracia, el primero propio de la Anglosajona del viejo mundo y la segunda de la transatlántica, han calado de tal modo en nuestro país que la "clase política" habla a todas horas de democracia mientras el pueblo soberano piensa en el fútbol. De todos modos, es preciso reconocer que "la democracia formal" o parlamentaria es invocada con mucha fuerza sobre todo por aquellos que en el mejor de los casos, la consideraban hace no demasiados años como una etapa previa al triunfo de la "democracia real". Hoy a nadie se le ocurre pensar en la "democracia real" entre otras cosas porque se piensa mayoritariamente en el fútbol, gracias a lo cual este deporte, también conocido en versión castiza por "balompié", no sólo facilita el respeto escrupuloso de la jornada de reflexión sino que es una garantía de la democracia formal. El sábado todos los ojos estaban puestos en Lisboa, mientras que los partidos políticos nos pedían e incluso exigían que los pusiéramos en Bruselas y Estrasburgo: a fin de cuentas, Lisboa no es una ciudad menos europea.

Pero hay una cuestión decisiva en que a los españoles les interese más un partido de fútbol en Lisboa que un parlamento que se ha de constituir en Bruselas, pues una parte muy importante de los españoles conocen al detalle el funcionamiento, el reglamento y los objetivos de un partido de fútbol y no saben, y a lo que parece no les interesa, para qué sirve el Parlamento europeo, así que entre un partido de fútbol y un parlamento inexplicable e inexplicado optan por lo que les resulta más próximo, más comprensible y más vital. La lamentable campaña electoral no contribuyó, por otra parte, a hacer europeístas. Valenciano cree que Europa es una clínica abortista y Arias Cañete que queda más al Este, porque está aprendiendo chino como si fuera un niño de colegio de pago con aspiraciones de hacerse chino. Tan solo cuando Sosa Wagner habla de Europa da la sensación de que sabe de qué está hablando. Con lo que es explicable y comprensible el fracaso de estas elecciones y la vigencia del fútbol. Todos sabemos qué es un campo de fútbol, pero ¿quién ha explicado qué es un Parlamento europeo?

La Nueva España · 28 mayo 2014