Ignacio Gracia Noriega
"La Iliada": La primera epopeya
El mundo que describe Homero es grandioso, con héroes que ya en su época pertenecían a una edad lejana
Lo que más sorprende de "La Iliada" es que, tratándose de un poema completo, no comienza por el principio ni tiene el final previsto. Los aqueos llevan diez años ante los muros de Troya sin conseguir conquistar esa ciudad que se encuentra en el lugar mas peligroso del planeta, donde Europa y Asia limitan: punto de desencuentro atroz a lo largo de más de cuatro mil años de Historia. La guerra cantada por Homero fue histórica y los griegos la fechan entre 1194 y 1184 a.C.
El motivo es de sobra conocido: Paris, príncipe frigio, hijo de Príamo, rey de Troya, rapa a Helena, la esposa de Menelao rey de Esparta, que se encontraba ausente en el mar. Helena era especialista en ser raptada y las gentes de su entorno en rescatarla, ya que previamente Teseo se había apoderado de ella y tuvieron que liberarla sus hermanos Cástor y Pólux. En esta ocasión, una coalición de reinos griegos acuden a su rescate bajo el nutrido supremo de Agamenón, el altivo hermano del ofendido Menelao, hijos ambos de Aireo. Los Atridas tenían un carácter endemoniado y la soberbia le impedía a Agamenón admitir que la diplomacia forma parte de las virtudes del mando. "La Iliada" comienza en el momento en que se organiza una trifulca por causa de una esclava entre Agamenón, soberano de hombres, y Aquiles, de la casta de Zeus. Aquiles era el guerrero más destacado del campo griego, el imprescindible. En represalia contra Agamenón, que hace valer su poderío quedándose con la esclava, Aquiles se retira a su tienda, negándose a volver a intervenir en los combates. Esta retirada influye en el ánimo decaído de los aqueos, que llevan diez años lejos de sus hogares, sin obtener frutos, salvo alguna victoria parcial.
Homero, en la primera epopeya de Occidente, presenta a unos héroes cansados, enfurruñados, dispuestos a enfrentarse entre ellos, ya que haciéndolo con los troyanos no alcanzan resultados positivos. Dentro de la ciudad sitiada, la situación no es mejor. Héctor, el héroe troyano, equiparable a Aquiles, recrimina a su hermano, el raptor de Helena: "Calamidad de Paris, presumido, mujeriego y mirón". La situación, después de la intervención de Patroclo, que sale ál campo de batalla vistiendo las armas de Aquiles y es muerto por Héctor, se resuelve en un combate singular entre Aquiles y Héctor, en el que éste perece: el poema concluye con sus funerales. La sobriedad de los últimos versos anuncia un estado de ánimo pesimista. Troya queda indefensa, pero su caída no se describe hasta el canto VIII de "La Odisea", en que el aeda ciego Demódoco, del país de los feacios, canta la estratagema del caballo de madera ideada por Ulises en presencia del propio Ulises, que llora en silencio, pero no revela su identidad.
A pesar de las debilidades que humanizan a los personajes, el mundo de "La Iliada" es grandioso, con héroes que en la época de Homero ya pertenecían a una edad heroica y lejana, cuando las tribus griegas confederadas intentaron establecer nuevos reinos en el Asia Menor, y es fuente de la tradición épica. Los primeros poemas griegos, atribuidos a Lino, Orfeo y Museo, se han perdido, por lo que "La Iliada" es el primer poema. La engrandece su tono crepuscular a pesar de ser una obra de amanecer, que nos dice que el ser humano no es todopoderoso, pero que el mundo, como escribe J. Griffin, "puede comprenderse en términos humanos y que la vida puede ser algo más que una insignificante e innoble lucha en la oscuridad". El héroe culmina la grandeza humana, pero está sometido a las limitaciones humanas: ira, envidia, ambición, altanería y muerte.
La Nueva España · 19 julio 2015