Ignacio Gracia NoriegaIgnacio Gracia Noriega


Gracia Noriega, Los grandes clásicos

Ignacio Gracia Noriega

Esquilo: Un revolucionario de la escena

La trilogía "La Orestiada", conservada completa, es una de las grandes creaciones de la Humanidad y con "Agamenón" el teatro alcanzó la cima

La tragedia ática no surge de manera espontánea, como tampoco nacen sin precedentes los poemas homéricos, aunque su proceso de maduración literaria fue excepcionalmente rápido. "En cierta antigua forma de danza coral, los hombres solían disfrazarse de animales, con la idea de asemejarse a las divinidades y asimilar algo de su poder -escribe C. M. Browra-. Estas danzas seguían usándose cuando ya no respondían al objetivo primitivo, y cuando la religión de Dionisios, el dios de las vides, invadió Grecia hacia el siglo VIII o VII a. C., muchas de aquellas danzas quedaron afectas a su culto y Dionisios vino a ser el amo de aquellos que, bajo disfraces de chivos, representaban el espíritu de los bosques y la vida silvestre". Hacia el año 620 a. C., el poeta Arión había organizado en Corinto los ritos dionisíacos como coros dramáticos. Más adelante, Baquílides, en la obra "Teseo", separó al director del coro, convirtiéndole en personaje. El punto de partida se sitúa hacia la primavera del 535, en que Tespis, con motivo del gran festival de Dionisios, representa con un coro "tragodi" o "cabros cantores", un drama rudimentario. El camino estaba abierto para un autor de genio, y éste fue Esquilo. Antes que él ya habían representado algunas obras Frínico, Corilo y Pratinas. Pero Esquilo introduce un tercer actor y crea el movimiento escénico. El teatro ya no se reduce a canto o a un diálogo entre el coro y su director. Con las innovaciones de Esquilo es posible representar una historia sobre el escenario en la que los personajes estén individualizados. Hasta entonces, el coro no tenía nombre, solo presencia y voz. Con Esquilo los personajes individualizados son Prometeo, Agamenón, Clitemmestra u Orestes. Añadamos que Esquilo no sólo fue un innovador, sino uno de los mayores poetas de la Humanidad, uno de los escasos poetas en relación con lo sagrado, como Píndaro o Dante.

El poeta vivió entre el año 524 y el 456 a. C. Se conservan siete obras suyas, una décima parte de las que escribió. La primera de las conservadas es "Las suplicantes", de alrededor del ano 490, pero se conjetura que diez años antes ya había representado alguna pieza. Es una obra todavía muy primitiva, con apenas tres personajes aparte del coro: Dánao, Pelasgo, el rey de los argivos, y el Heraldo. Pero en "Los siete contra Tebas" el número de personajes aumenta a seis más el Coro de las Vírgenes, y en "Los persas" tiene la audacia de introducir al espectro de Darío, a quien no será exagerado considerar como un precursor del padre de "Hamlet".

En muy pocos años, por obra de los tres grandes trágicos (el teatro de Esquilo es sagrado, el de Sófocles humano y el de Eurípides casi ya es psicológico, lo que es un síntoma de la decadencia) el teatro alcanza su cima. En Esquilo se mantiene con toda su frescura y toda su fuerza un mundo de potente grandeza casi primitiva. Su trilogía "La Orestiada", conservada completa, es una de las grandes creaciones de la Humanidad. Tal vez nunca el teatro haya llegado tan alto como en "Agamenón". Y ya es verdadero teatro, con un planteamiento, un desarrollo y un desenlace; como escribe Gilbert Murray: "Tenemos una verdadera narración en la que la acción es vigorosa y progresiva; tenemos una trama que culmina en un asesinato, una venganza y un juicio". No obstante, Murray advierte de que no se trata de una intriga de tipo moderno, sino de algo bien distinto El mundo arcaico está muy vivo en Esquilo: su fuerza, su grandeza y su belleza.

La Nueva España · 16 agosto 2015