Ignacio Gracia NoriegaIgnacio Gracia Noriega


Gracia Noriega, Mirador de sombras

Ignacio Gracia Noriega

Un poeta llamado revólver

Repaso por la trayectoria poética y social de Robert Browning

Así denominaba al poeta victoriano inglés Robert Browning el cineasta del pasado siglo Jean-Luc Godard, e1 no va más allá de la modernidad extrema en los años sesenta y ahora mucho más anticuado que Browning, en el filme «Pierrot le foutt» (porque Godard, además de «moderno», era un pedantín de París). Browning es poco conocido en España a pesar de que sus amores y posterior matrimonio con la poetisa Elizabeth Barrett hicieron correr mucha tinta y hasta fueron llevados al cine en la época que se hacían películas sobre amores famosos, pero debe repararse en que Elizabeth Barrett~Browning tampoco es conocida, a pesar de que es una de las buenas poetisas de la lengua inglesa (esa lengua que ahora se pretende que aprendan todos los españoles, pero no para leer a los poetas) y de que sus obras mejores, como los «Sonetos del portugués», están traducidas. Browning, a su vez, forma pareja con lord Tennyson: constituyen la generación que sucede a la de los poetas románticos supervivientes, Coleridge y Wordsworth, durante el reinado de la reina Victoria, lleno de prejuicios, impulso colonial y encanto literario. De Tennyson afirmó Auden que era el poeta inglés más tonto, pero con mejor oído; de Browning aventuró Chesterton que casi todos sus versos son poesía; pero escribió demasiados versos para que un juicio tan estimulante tenga posibilidad de ser cierto .

Browning aparece en la vida de Elizabeth Barrett antes de que ésta hubiera añadido su apellido al suyo «retorciendo sus guantes amarillos entre las manos, nervioso, bien peinado, dominante y áspero», según Virginia Woolf le ve en su novela «Flush», la vida del delicioso cocker spaniel, propiedad primero de la poetisa y después del matrimonio. A la muerte de la delicada y sensible Elizabeth Barret-Browning, el poeta se convirtió en el viudo más conocido de Inglaterra: un caballero imprescindible en las tertulias de buen tono, aficionadísimo a cenar fuera de casa.

Nació en Camberwell el 7 de mayo de 1812. Su padre había sido un alto funcionario de la Compañía de Indias, lo que le permitió adquirir una educación por sí mismo, desdeñando la académica. El resultado no fue malo, y le permitió traducir a Esquilo, cosa que tal vez no hubiera conseguido de haber estudiado griego en la Universidad. Escribió teatro y poesía, de manera especial amplios poemas a modo de monólogos dramáticos como «Sordello» y «The ring and the book», donde el mismo suceso es narrado por diversas voces, lo que el siglo siguiente sería aprovechado por Welles y Kurosawa en películas de mucho efecto («Ciudadano Kane» y «Rashomon», sin ir más lejos»). A Browning se le tacha de poeta oscuro, pero según Chesterton «fue lo suficientemente inteligente como para comprender su propia poesía»: lo que no está mal. Cernuda, que lo estudió con cierto detenimiento, afirma que «ser feliz, saber ser feliz, era para Browning una virtud, y acaso la más alta». Por lo que he leído de él, no produce esa impresión. Pero, desde luego, nada tiene que ver con ninguna especie de poeta atormentado.

La Nueva España · 10 de mayo de 2012