Ignacio Gracia Noriega
Advertencias y enseñanzas
Los libros de Francisco Sosa Wagner debieran ser declarados de "utilidad pública"
Los libros de Francisco Sosa Wagner, firmados en solitario o con Mercedes Fuertes e Igor Sosa, debieran ser declarados de "utilidad pública". En primer lugar, por lo que puede parecer secundario: son libros muy bien escritos y, por tanto, amenos. No hay amenidad posible en un texto mal escrito. Por otra parte, Sosa Wagner es un excelente narrador, como lo certifican la novela "Hígado de oca a las uvas" y los relatos de "Escenas históricas pero verdaderas...", o en un terreno más técnico, más profesoral, las partes anecdóticas de sus volúmenes sobre juristas alemanes del Derecho Público o juristas de la segunda república española. La palabra "jurista" es habitual en los títulos de los libros de este ilustre administrativista y catedrático, desde su ya lejano "Los juristas, las óperas y otras soserías", colección de un ensayo largo ("Los juristas en las óperas") y una selección de esos ensayos breves que son los artículos de periódico, publicado en 1997. Vuelve ahora a ellos en el título de su libro más reciente, "Juristas y enseñanzas alemanas, I", que acaba de aparecer en la editorial Marcial Pons al tiempo que otro libro de título balmesiano: "Cartas a un euro escéptico", escrito en colaboración con Mercedes Fuertes.
El segundo motivo por el que las obras de Sosa Wagner debieran ser declaradas de "utilidad pública" es por su oportunidad, la claridad expositiva producto no solo de escribir bien sino de tener las ideas claras ("quien piensa bien, escribe bien", decía uno de los tutelares de Sosa, Montaigne), el valor de la exposición y el valor personal por abordar asuntos que se omiten o no se les concede la debida importancia. ¡Y vaya si la tienen! Por ejemplo, nos dice que Europa no es una improvisación, cosa que la mayoría de los "europeístas a la violeta" ni se plantean: "Pero tenemos una historia detrás muy rica; cuando el mundo medieval se desmoronó, permaneció la unidad de la civilización europea tejida por hechos culturales y sociales que son comunes, que son "pan europeos "". Hechos que buena parte de los "europeistas" desconocen o les da igual. - insistiendo en el concepto de Europa, Sosa pone como ejemplo a la España actual el imperio austro-húngaro: tan solo Berlanga se refirió tantas veces al imperio austro-húngaro como Sosa. Su otro libro, "Juristas y enseñanzas alemanas" lleva como subtítulo "Con lecciones para la España actual": estas lecciones constituyen la tercera parte de la obra, de lectura imprescindible. Señala, entre otras cosas, que la exaltación de la "diversidad", y "las diferencias que nos enriquecen", en realidad "son coartadas para sacralizar las desigualdades entre las personas y presentar como verdades inconclusas lo que no es sino un montón deforme de prejuicios destinados a insistir en lo que nos diferencia en lugar de subrayar lo que nos une". Frases como éstas no se leen todos los días, y es muy necesario repetirlas y tenerlas en cuenta para que esta antigua tierra nuestra no se vaya por el sumidero de la historia.
La Nueva España · 5 diciembre 2013