Ignacio Gracia NoriegaIgnacio Gracia Noriega


Gracia Noriega, Mirador de sombras

Ignacio Gracia Noriega

El poder de la máquina

La única literatura "comprometida" en esta época tecnológica es la profética

En 1959, Eugenio Montale, poeta italiano que veintiséis años más tarde recibiría el premio Nobel de Literatura, escribe:

Las comunicaciones de masas son el fundamento de la nueva industria cultural, fatalmente llamada a ensancharse en un plano cada vez más bajo, alcanzado el cual será siempre posible esperar nuevas bajuras y así se realizaría la hipótesis de un futuro hombre estereofónico, incapaz de una visión analítica de lo real, refractario a toda posibilidad de síntesis y de sintaxis.

Cuando se escribió el ensayo en el que figura esta terrible previsión, titulado "Obradek", yo tenía entonces catorce años: de haberlo leído entonces, pensaría que se trataba de una exageración en la línea de "Un mundo feliz" de Huxley (libro que sí había leído). Ahora, a los sesenta y ocho años, no me cabe duda de que la previsión de Montale se ha cumplido con creces, con la matización de que lo que él llamaba el "hombre estereofónico" es el "hombre electrónico", en manada como jamás lo estuvo la Humanidad, ni siquiera en los tiempos de la horda, e incapaz de análisis, de síntesis y de sintaxis: esos mensajes que se envían electrónicamente destruyen el lenguaje y la ortografía, la sintaxis y la sindéresis con paroxismo prenatal; es como si el "hombre nuevo" todavía no hubiera nacido pero balbuceara ruinas de palabras, grafías cada vez más informes en su teléfono móvil o en su ordenador.

En esta época tecnológica la antigua literatura "comprometida" se ha derrumbado para siempre sin posibilidad de remisión ni siquiera como documento histórico, porque el sistema que preconizaba se ha hundido escandalosamente y sus servidores, presuntos salvadores de la Humanidad, fueron criminales u oportunistas, y en la actualidad prevalecen, mientras les permitan durar, los oportunistas. Por lo que la única literatura "comprometida" de la actualidad es la profética, la de Dostoievski, Kafka, Orwell, Camus, algunos ensayos de Montale... Dostoievski denunció a los asesinos antes de que hubieran tomado el poder, y Orwell lo que el Estado puede ser en sus manos. Pero hoy no son necesarios porque la industria tecnológica ya lo ha inundado todo y, como decía Montale, "no hay necesidad de intelectuales en el mundo del marketing y de los publics relations". El programa es sencillo y efectivo: todo el mundo conectado a la red, haciéndoles creer que es imprescindible cuando a la mayoría sólo le sirve para enseñar fotografías de los nietos. La electrodomesticación de las masas no sólo es una meta política sino un buen negocio, pues los propios electrodomesticados son los mayores propagandistas de lo que los esclaviza. Montale preveía que el italiano y demás lenguas de cultura desaparecerían por inútiles, absorbidas por la jerga técnica, la terminología publicitaria y el dialecto: en eso estamos, con la salvedad maligna de que el nuevo lenguaje universal se espera que sea los residuos de una lengua ilustre adaptada a una Humanidad virtual.

La Nueva España · 30 enero 2014