Ignacio Gracia NoriegaIgnacio Gracia Noriega


Gracia Noriega, Mirador de sombras

Ignacio Gracia Noriega

La luz del mundo

Piero Citati y los grandes mitos de la historia

“La luz de la noche”, publicado por Acantilado (Barcelona, 2011), es uno de los más brillantes y fascinantes ensayos traducidos últimamente al español. Su autor, Piero Citati, autor de otro ensayo de envergadura, "Historia primero feliz, luego penosísima y funesta", y de monografías sobre Goethe, Leopardi, Tolstoi y Kafka, abarca la historia universal (principalmente la de Occidente, pero sin olvidar el Oriente lejano) a través de "los grandes mitos de la historia del mundo", subtítulo de esta obra. Otros ensayistas, también italianos, han pretendido parecida empresa abarcadora: Franco Cardini en "Los Reyes Magos", también de fascinante lectura, y Piero Boitani en "La sombra de Ulises", obra asimismo sugestiva pero lastrada por cierta pretenciosidad académica. Por el contrario, el lenguaje de Citati no puede ser más natural. Nada de erudición innecesaria, nada de esa pedantería que no tiene otro objetivo que el de apabullar al lector no especialista. "La luz de la noche" está escrito para toda clase de lectores. La extensa y bien nutrida obra de 473 páginas se abre con una parte titulada "Los reyes de Micenas" y se cierra con otra dedicada a "La muerte de los dioses". El epílogo se titula muy propiamente "El fin del mundo" y tal vez no sea optimista; con estas palabras desconsoladoras se pone punto final. "Ahora hemos llegado verdaderamente allí, más allá del dominio mismo de la esquizofrenia, al vacío, a la nada, donde no hay grito que rompa el silencio mortal de la invencible noche": frase que casi es un eco de Pascal.

Aunque la conclusión no sea optimista, el libro seduce desde la primera página. La amenidad de Citati debe mucho a que es un excelente narrador, capaz de piruetas tan inesperadas como la afirmación de que “'El banquete' de Platón está construido como un relato de Conrad”: es decir, Platón en lugar de Marlow. O de afirmar de manera suntuosa que en las "Confesiones" de San Agustín, "pocas páginas atraen tanto al lector moderno como las que se ocupan de los grandes espacios y vastos palacios de nuestra memoria" Ulises, San Pablo, Plutarco, Apuleyo, Dante, Montaigne, Leopardi, figuran en estas páginas. Menos asequibles son algunas muestras de literatura oriental que nos resume, desde el Tao hasta la inconcebible (para un occidental) novela china "El sueño del pabellón rojo", de Cao Xuequín (siglo XVIII), inmensa y detallista, en la que cada tema tiene un reflejo y el punto de vista del autor es el de una infinita mirada sobre el mundo, en el que lo maravilloso no es maravilloso, lo trivial no es trivial, lo verdadero no es verdadero, lo falso no es falso. Queda uno con ganas de leer esta novela, llena de maravillas y de espejos, aunque tal vez sea conveniente ser chino para entenderla. Citati se reduce a.resumirla y a dejarnos con las ganas. Otros libros que propone ("El asno de oro", las "Confesiones", a Dante, a Leopardi, los "Ensayos", incluso a Chuang-tzu, los "Comentarios reales" de Garcilaso de la Vega el Inca) están a nuestro alcance. De Garcilaso toma un dato estremecedor: los incas se mantuvieron lejos de la moneda y la escritura, "Los más temibles enemigos de la historia".

La Nueva España ·11 septiembre 2015