Ignacio Gracia NoriegaIgnacio Gracia Noriega


Gracia Noriega, Mirador de sombras

Ignacio Gracia Noriega

Los cristianos

Las persecuciones religiosas y la guerra en Siria

Una de las ventajas de la separación de la iglesia y la representación del Estado en Asturias es que cada cual celebra la fiesta por su lado y en lugares distantes. Gracias a ello, la Iglesia puede decir las cosas que considera oportunas sin necesidad de tener que mirar hacia babor o de someterse a las férreas ataduras inquisitoriales de la "corrección política" Los políticos ya se sabe qué van a decir, por lo que no merece la pena escucharlos. La Iglesia, sin duda porque es una institución que lleva dos mil años de funcionamiento, es capaz de decir cosas nuevas y valerosas. Que se consideren valerosas las palabras del arzobispo Díaz Merchán en Covadonga y decirlas es un acto de valentía, revela hasta qué extremo la mentalidad de esta sociedad degenera. Pues se entiende que sólo pueden hablar de manera contundente determinados grupos políticos y los demás, a callar o a amoldarse: así se interpreta en esta sorprendente democracia la libertad de expresión. Más para decir lo que dijo Díaz Merchán no hace falta ser Thomas Beckett y, evidentemente, ningún gobernante del momento puede aspirar a ser el equivalente de Enrique II. El arzobispo dijo en Covadonga lo que todo el mundo sabe y nadie dice, y mucho menos ahora que la sensibilidad progre europea ha cambiado el enfoque y trasladado su mirada compasiva desde los ahogados de las pateras a los fugitivos del terror rojo y del terror islámico de Siria. ¿Es qué no se sabía que en Siria, Afganistán, Nigeria y Líbano están asesinando, expulsando y secuestrando a cristianos "sin que nadie en Occidente llore y lo denuncia"? Bueno, pues, el arzobispo lo ha recordado, y a algunos, con toda seguridad, no les ha parecido bien. ¿A quién se le ocurre hablar de persecuciones de cristianos en esta época, como si estuviéramos en los tiempos de Diocleciano. Lo que es tener malísima "memoria histórica" por parte de quienes más la reclaman y sustentan. A lo largo del siglo XX hubo brutales persecuciones de cristianos en el Méjico revolucionario, en la España republicana, en los países comunistas, y todas aquellas persecuciones se han olvidado de la misma manera que se olvida que los islámicos están masacrando cristianos en la actualidad. No es que nadie quiera saber nada de eso, sino que algunos lo aprueban, como un "progre" de complemento que comentó en mi presencia que los cristianos son los enemigos del Islam y, por las características de su religión, partidarios del Occidente. Y en tanto que matan cristianos y se queman iglesias en Oriente, en Europa se levantan mezquitas.

Es terrible la situación de los que huyen de Siria: pero no se le puede echar la culpa a Europa de ese éxodo, como hace incluso la TV del gobierno. ¿Qué culpa tiene Europa del enfrentamiento sin cuartel entre un presidente criminal y el fanatismo extremista? Si se envían soldados para poner un poco de orden allí, los mismos que ahora claman porque Europa no hace nada, vocearán aún más porque hace demasiado La defensa sentimental de los refugiados es una bomba de relojería contra Europa y los Estados Unidos. Ello son los responsables, escuchamos una y otra vez. ¿De qué? ¿De dar refugio? Porque Europa es el refugio. ¿A dónde irán esos refugiados si no existiera una Europa Libre y cristiana, mientras en Oriente siguen matando a cristianos?

La Nueva España · 25 septiembre 2015