Ignacio Gracia Noriega
La hemeroteca de Jaime y otras historias riosellanas
Solemos hablar de «memorias vivas» refiriéndonos a ese ciudadano que vive generalmente en una pequeña población y que atesora todos los recuerdos de su pueblo que le es posible recoger y retener. Algunos de estos «memoriosos» se han especializado, bien en piedras, bien en familias, bien en casas con escudo, bien en algún episodio o personaje histórico del lugar, y guarda sus saberes como si fueran el secreto de la piedra filosofal, dosificándolos con avaricia y concediéndoles desmedida importancia. Pero otras «memorias vivas», como la de Jaime, el del Apolo, de Ribadesella, son muy distintas a la del erudito local habitual. Jaime tiene del erudito, como virtud principal, la paciencia y el estar siempre ojo avizor cuando de Ribadesella se trata; pero ni guarda su ciencia para sí, sino al contrario, ni la quiere secreta, porque toda ella ha sido convenientemente publicada. Jaime es, por tanto «memoria viva» y documentada Desde la barra, al fondo de amplio bar Apolo, Jaime lleva ya muchos años viendo transcurrir y latir lentamente la vida riosellana. El Apolo se encuentra en el centro de la villa y es una institución gastronómica. Su cocina es casera y sabrosa, de ésa que apenas ya se hace, porque exige cuidado, sabiduría y mimo; las patatas rellenas son insuperables. Aunque lo que acaso da más carácter a la casa son los «daiquiris», elaborados según la más estricta norma cubana. Una de las paredes del bar está a medias cubierta por numerosas caricaturas coloreadas que son la crónica, año tras año, de los campeo-natos de mus. Se demuestra aquí que en el Apolo son partidarios de la constatación histórica. En la trastienda, Jaime exhibe su hemeroteca: treinta y cinco volúmenes hasta el momento, encuadernados en rojo, que contienen todo, absolutamente todo lo que se ha publicado sobre Ribadesella en la prensa regional, nacional e internacional, revistas y cualquier otro tipo de publicaciones, desde hace casi medio siglo hasta hoy mismo, hasta pasado mañana. Jaime empezó recortando y pegando sobre hojas de papel blanco todo lo que encontraba acerca de Ribadesella cuando era estudiante. Pasaron los años y Jaime no dejó un solo día de recortar y pegar. Hoy, en esos treinta y cinco volúmenes encuadernados en rojo se guarda toda la historia reciente de Ribadesella: desde noticias de mayor consideración hasta el más mínimo suceso recogido por los periódicos. De modo que quien desee algún dato sobre la historia reciente de Ribadesella, debe ir al Apolo, a consultar la hemeroteca de Jaime, y, de paso, probar el «daiquiri». También puede hacer la consulta sin tomar nada, pero en ese caso, se pierde el «daiquiri», que es excelente. Y de, la historia periodística, del día a día, podemos pasar a la historia del pasado y del presente contenida en el libro «Ribadesella y su concejo» de J. Antonio Silva Sastre, Toni Silva, publicado a expensas del autor en 1991. Toni Silva, biógrafo también del fotógrafo Jesús Delgado y defensor entusiasta de las cosas de su pueblo, resume en este libro de portada azul, con el bergantín de «La Habana» anclado en la ría de Ribadesella, muchos siglos de historia riosellana: desde la prehistoria acá. También dedica especial atención a la mitología y costumbres tradicionales, y cierra la obra con una antología literaria en castellano y en bable. Por esta antología reparamos en que este año se cumple el centenario del nacimiento de Guillermo González, nacido en Margolles en 1901 y fallecido en Ribadesella en 1978. Toni Silva, después de proclamarle «el más grande escritor costumbrista de la villa de Ribadesella», le define por acumulación: «De formación autodidacta, ideología republicana y aficiones gastronómicas, fue un prolífico escritor en prosa y verso que supo componer inspiradísimos relatos de personalidades populares, infinidad de crónicas riosellanas en serio y en broma, y composiciones líricas de alta calidad literaria». Su único libro publicado. «Estampas riosellanas», se lee con agrado; pues no abundan los buenos costumbristas, dominadores de un género breve y certero. Sería lástima que pasara inadvertido el centenario de este escritor asturiano y que con motivo de él, no se recuperara parte de su obra dispersa. Brindo esta idea a Toni Silva y a sus amigos, siempre en la vanguardia de la defensa y recuperación de las cosas riosellanas.
La Nueva España · 05 junio 2001