Ignacio Gracia Noriega
Homenaje a don Luis Iglesias
La sociedad cultural «Salas en el Camino», de inequívoco rótulo jacobeo, rinde homenaje a don Luis Iglesias Rodríguez, párroco jubilado de Salas y cronista oficial en activo. Como «La memoria de Salas», le calificó María Alonso, quien añade: «Las dos pasiones de Luis Iglesias Rodríguez son los árboles y los libros. Escritor de la historia de Salas, lleva con orgullo el título de cronista oficial de la villa. Párroco de Salas durante veintisiete años, don Luis ha escrito varios libros en los que desgrana la historia de su municipio salense. Su vida también puede convertirse en un libro». Puede convertirse en un libro, porque la vida de un cura rural es muy intensa, a pesar de su rutina aparente. El novelista francés Georges Bernanos compuso con la historia de un humilde cura rural una de las mejores novelas del siglo XX: «Diario de un cura rural». Don Luis, aunque jubilado, continúa colaborando en la vida parroquial, aunque ahora cuenta con más tiempo para escribir y para leer. ¿Qué lee don Luis? Libros de Jaime Balmes, de Marcelino Menéndez Pelayo, de Ramón Menéndez Pidal, de Claudio Sánchez Albornoz. También ha leído a los poetas, y entre éstos, uno, fray Luis de León, a quien Emilio Alarcos consideraba como el más grande, escribió en la oda a la «Vida retirada» unos versos que parecen escritos a propósito de don Luis: «Qué descansada vida / la del que huye del mundanal ruido / y sigue la escondida / senda por donde han ido / los pocos sabios que en el mundo han sido». Don Luis ha seguido la vida modesta y retirada de los sabios, que dedica sus esfuerzos de estudioso e investigador a poner en claro y a realzarlas la historia y antigüedades de Salas. A don Luis se le debe una muy útil «Guía de Salas», que yo califiqué en su día como «humilde, pero también escueta, clara, ordenada: un libro ejemplar dentro de su género». Bien es verdad que vivir en Salas debe ser la tentación y la satisfacción de un historiador: pues se trata de una de las villa más monumentales y de más ilustre pasado de Asturias, además de ser cuna de uno de los asturianos más grandes, el arzobispo don Fernando de Valdés Salas. Con esta historia, con estos monumentos, con estos personajes ilustres que dio y da Salas a España y al mundo (y entre los que cito a mi muy querido amigo Juan Velarde, asturiano y español de pro), don Luis se siente a sus anchas. La biografía de don Luis es la de un trabajo bien hecho, como sacerdote e historiador. Por eso ahora recibe su recompensa. Aunque ésta no debe ser la única recompensa que reciba. Es inexcusable que un hombre como don Luis Iglesias sea nombrado de una vez hijo predilecto de Salas. Y que instituciones de ámbito regional como el Instituto de Estudios Asturianos le acojan como miembro, a él y a tantos otros eruditos que dedican lo mejor de su esfuerzo al estudio de su tierra, a los humildes pero imprescindibles eruditos locales, a los sabios que dominan las cosas de su tierra como nadie.
Don Luis Iglesias Rodríguez nació en la parroquia de Villamar, a dos kilómetros de Salas. Puede, por tanto, repetir con Alberto Lista:
Feliz el que nunca ha visto
más río que el de su patria,
y duerme, anciano a la sombra,
donde pequeño jugaba.
Aquel río Escamandro del poema homérico estuvo siempre a la vista de don Luis; quien, si bien abandonó Salas para ser coadjutor en Moreda y párroco en Villayón, salió poco de Asturias, y obtuvo el don de poder regresar como párroco a Salas en 1961; todavía la aguardaban en el concejo natal veintisiete años de sacerdocio. En Villayón, a la labor evangélica añadió la de arboricultor, plantando diferentes especies de manzanos, ciruelos, melocotoneros, perales y cerezos. En Salas se dedicó a recorrer concienzudamente el concejo, a investigar, a leer, a clasificar por estilos las iglesias y capillas; a escribir libros: «Guía de Salas», «Historia del concejo de Salas», «Novena a la Virgen del Viso», «Breve historia del santuario de Nuestra Señora del Viso»... más artículos y cartas públicas publicadas en la prensa, y las entradas relativas a Salas de la Gran Enciclopedia Asturiana.
La Nueva España · 23 de diciembre de 2001