Ignacio Gracia NoriegaIgnacio Gracia Noriega


Gracia Noriega, Personas y hechos de Asturias

Ignacio Gracia Noriega

Los celtas caníbales

Herbert Lorenz, antropólogo y experto en prehistoria de la Universidad de Bochum, ciudad, por cierto, hermanada con Oviedo, acaba de hacer público que los celtas eran caníbales, después de haber realizado un estudio comparativo en diversos yacimientos celtas situados en Alemania, el sur de Gran Bretaña, el norte de Francia y Suiza. Verdaderamente, de los celtas se sabe tan poco que cualquier cosa que de ellos se diga puede ser aceptada: incluso que son asturianos, como lo demuestra el hecho de que, de vez en cuando, envía un embajador plenipotenciario a Berlín. Un estudioso de los celtas, Venceslas Kruta, dice al comienzo de su libro «Les Celtes»: «No tenemos por el momento ninguna antigua fuente céltica de carácter histórico. Sin embargo, y basándonos en el caso de la Alta Edad Media irlandesa, podemos suponer la existencia, entre los celtas continentales, de una abundante literatura oral que constaría de relatos históricos, listas de reyes, relaciones de hechos heroicos, frecuentemente disfrazados con un velo mitológico. Nada de esto ha llegado hasta nosotros, salvo tal vez algunos lejanos reflejos conservados en la literatura de los celtas insulares». Por lo que, como a falta de pan buenas son las tortas, el profesor Lorenz, a falta de documentos escritos, se dedicó a tener en cuenta el predominio, en los mencionados yacimientos, de huesos que son el soporte de zonas carnosas, como el fémur o el húmero, y de ahí ha sacado unas consecuencias recientemente difundidas.

Yo no sé si esta proclamación de canibalismos beneficiará o perjudicará los afanes celtistas de algunos asturianos. Seguramente el hombre habrá sido caníbal en algún momento de su evolución y en todas partes; pero que lo digan tan claramente y señalando, resulta que es un poco duro. Una cosa es suponer un canibalismo generalizado en los imprecisos comienzos de la humanidad, y otra bien distinta es que venga el profesor Lorenz a decir: «Y aparte de todas las teorías, los celtas lo fueron muy singularmente, como yo puedo demostrar». Aquí el asunto se pone feo, porque bien está descender de los ancestros por la vía generalmente admitida y otro caso es, como en el de los celtas, hacerlo también por la digestiva; aunque bien mirado, la pureza de sangre será mayor y los antepasados de los celtas asturianos serán más antepasados, ya que lo serán por dentro y por fuera.

Sobre los celtas, como se sabe tan poco de ellos, siempre se tuvieron ideas difusas que a veces son peregrinas. Por ejemplo, se decía que eran de carácter dulce y ahí los tenemos ahora ejerciendo de caníbales en el pasado; aunque es verdad, lo primero no excluye a lo segundo, e incluso se dice que la carne humana tiene un cierto sabor dulce. También se creía que los celtas eran de estatura aventajada, como Rambo, Goliat, o Fortimbrás, aunque no pueda equipararse a estos alguno local que anda por ahí. En fin, que la estatura y la dulzura no definen en sí mismas a un paisano, y tampoco se trata de dar la talla para ser celta, como si se tratara de ingresan en los GEO. Cada uno es como es, y celta si lo desea.

Por otra parte, los descubrimientos del profesor Lorenz pueden beneficiar a los celtas asturianos. Sabemos que se llega a celta en el Norte por la misma razón por la que se abraza el islamismo en el Sur: por la busca de unas «raíces culturales» y «señas de identidad» propias que en el caso céltico se remontan al animismo. Estas «señas de identidad» no han de estar contaminadas por «ideologías dominantes», como el cristianismo. Y ¿habrá algo más precristiano que el canibalismo?

La Nueva España · 14 de febrero de 1989